El juego como la oportunidad de fortalecer el vínculo con tus hijos
¿Cómo utilizar el juego para desarrollar intimidad y enseñar a regular emociones en mis hijos?
Hoy te contamos que el juego con tu hijo/a es tu oportunidad de lograr mayor intimidad y vínculo emocional con ellos. En el juego el niño explora todas las emociones posibles, tanto positivas como negativas (frustración al perder, compartir, respetar turnos, etc.).
El juego puede servir como una oportunidad excelente para mostrar empatía, alcanzar intimidad con tu hijo(a) y enseñar diferentes formas de solución o de manejo de emociones.
El estar al lado de tu hijo(a) cuando está alegre, triste, enojado o con miedo y tener la capacidad de tranquilizarlo, nos hace sentir más cercanos. En el juego lo(a) estamos ayudando a aprender capacidades de aprendizaje, capacidades para saber tranquilizarse y otras capacidades que le servirán durante toda la vida.
Al jugar, los niños bajan sus defensas y en vez de evitar sentimientos negativos, le brindas espacio en donde puedan experimentarlos contigo, logrando que se disipen adecuadamente. Al ser un ambiente neutro (íntimo) ellos encuentran la oportunidad de hablar de sus emociones, calificarlas y sentirse comprendidos.
¿Cómo podemos lograr que este espacio sea de intimidad y enseñanza?
1.- Estar atento no solo a lo que dice, sino escuchar de manera empática.
Ponerte en lugar de tu hijo(a) cuando pierde un partido de futbol, cuando se le cae la torre que construyó, cuando su carrito llegó último, o cuando no logró encontrar a su muñeca. Debemos escuchar con nuestros ojos para detectar pruebas físicas de sus emociones y utilizar palabras tranquilizadoras y no críticas para ayudarlos a reconocer sus emociones y puedan encontrar soluciones cada vez mejores de autocontrol.
2.- Conectarse con las emociones de tu hijo(a) exige que prestes atención al lenguaje corporal, las expresiones faciales y sus gestos.
Alguna vez hemos visto un ceño fruncido o ese golpeteo del pie/mano, pues presta atención a ello y preguntémonos ¿Qué me quiere decir mí hijo/a? Recuerda que tu hijo(a) puede leer tu lenguaje corporal. Si tu meta es hablar de manera relajada y atenta, adopta la postura que así lo indique, siéntate a su nivel, respira profundamente, relájate y concéntrate. Tu concentración hace que tu hijo(a) sepa que estas tomando en serio sus preocupaciones y que estas dispuesto a dedicarle más tiempo al asunto. Cuando logre expresar sus sentimientos repite de manera reflexiva lo que escuchas y observas. “Sí, tienes razón, veo en tu cara que estás muy molesto luego que se cayó tu torre”. Esto ayuda que tu hijo(a) piense que sus emociones son validadas y de esa manera se sienta libre de críticas para continuar expresando sus emociones y también pensamientos.
3.- Ayúdale a poner nombre a sus emociones.
“¿Te sientes muy triste porque no encuentras el carrito rojo con el que siempre jugamos? Recordemos que a veces sentimos más de una emoción y eso es confuso. Expliquemos que otras emociones yo sentiría y que otras formas hay de expresarlo, así como cuando yo era niño/a cómo me sentía cuando me pasaba situaciones similares.
4.- Ayudarlo a encontrar diferentes formas de solución
Respetando sus maneras y tiempos para encontrarlas pero poniendo claro cuáles son posibles y aceptadas en ese momento.
El juego brinda innumerables espacios para acompañar y enseñar a tu hijo(a) nuevas formas de mirarse a ellos mismo y a su mundo, a enriquecernos mutuamente, cogemos sus experiencias y trasmitimos las nuestras, nos relajamos juntos y aprendemos a tolerar diferencias de forma lúdica.
Desde Arcade, nos encantaría acompañarte a descubrir formas de lograr fortalecer el vínculo con tu hijos desde un espacio seguro y validante, teniendo en cuenta el contexto familiar y características personales del niño(a). Recuerda, que si quieres mayor orientación profesional puedes preguntar por nuestros servicios presenciales y en línea, te ayudaremos a encontrar cual es el más adecuado para ti.
#ArcadeTeAcompaña
Psic. Silvana Cueva